Espacio para poner en juego el balance perfecto entre funcionalidad y estética. Ondulantes líneas y colores intensos como el rojo encienden y evocan la sensualidad del diseño. La iluminación regula la intimidad del ambiente y a su vez equilibra la provocativa y seductora sensación entre luz y color. Rasgos de un estilo contemporáneo se mezclan para dar vida a este lugar de la imaginación.

El espacio del baño se concibió con el concepto crear una piel dentro de un contenedor rectangular. Se cerró una ventana existente en el local con el objetivo de cerrar la iluminación natural del espacio y poder jugar con un juego de luz indirecta artificial. Dentro de esta caja rectangular, corre una doble piel con superficie continua forrada en mosaico veneciano rojo, que va totalmente suspendida y flotada por todos sus extremos; este mismo concepto de ligereza se aplico al igual en el piso, al colocar un deck de madera de teka modulado fungiendo como un tapete que va con un borde en piedra de río.

La cubierta de madera también suspendida, alberga 2 lavabos rectangulares de cristal que también van flotados, y la única interrupción de esta banda roja es en la ranura para el espejo, así como en los nichos que van en la parte superior del wc que va flotado al muro con un tanque oculto. En estos nichos se colocaron velas para lograr una ambientación más relajada. Como pieza central del baño se encuentra la tina de sobreponer al centro como pieza escultórica ocupando el papel predominante del espacio. 2 taburetes acompañan el espacio como mobiliario para sentarse y relajarse y se diseño una repisa de madera debajo de los lavabos para alojar las canastas de toallas y accesorios.

Fotografía: Jaime Navarro